Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza
En octubre de 1995 la Ley 6333 declaró de interés provincial la protección fitozoosanitaria de la provincia y creó el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza, institucionalizando los mecanismos para proteger y acrecentar el patrimonio agroecológico provincial.

Este año celebraremos el 29º aniversario de esfuerzo ininterrumpido en los cuales logramos coronar con éxito múltiples actividades desarrolladas en los diversos programas y por todos/as los/las que diariamente trabajamos en cualquier punto de la provincia.

MENDOZA AGRÍCOLA
La provincia de Mendoza es una gran productora de alimentos derivados del agro a nivel país. Esta producción es la base de una importante fuente de ingresos tanto para quienes habitan en el campo, como en la ciudad. Una de cada cinco familias mendocinas vive de la agricultura, lo que significa que 159.721 familias dependen directamente de esta actividad.

Con más de 300 mil hectáreas productivas en los cuatro oasis productivos irrigados, se convierte en la principal productora de vid de Argentina. En sus 153.029 has concentra el 70,1% de la superficie implantada en el país y produce el 68.1% de la uva a nivel nacional.

En frutales Mendoza se ubica como la principal productora con aproximadamente 75.000 has, y en hortalizas, con 18.391 hectáreas se sitúa como segundo productor de Argentina. A escala nacional, también es el primer exportador de ajo, nuez, durazno y frutas de carozo, y también es el primer productor durazno, ciruela y vid.

Los principales productos agroindustriales son: vino, mosto, aceite de oliva, durazno en conserva, ciruela desecada, y aceitunas en conserva. En Mendoza se elabora aproximadamente el 80% del vino argentino.

En términos económicos, según los datos del pronóstico de cosecha elaborado por el IDR, el valor de la producción agrícola en Mendoza, enfocada en los principales cultivos frutales como durazno, cereza, ciruela, pera, manzana, damasco y uva fresca, junto con la producción vitivinícola, alcanza la cifra de 186.351 millones de pesos.
Esta cantidad equivale, de manera estimativa, a unos U$S 512 millones de dólares.

Hay 32.436 productores primarios, estando conformada la mano de obra permanente por 23.612 personas mientras que la temporaria asciende a 103.673 trabajadores y trabajadoras.

Por esto, es muy importante conocer algunas de las características y problemáticas de la agricultura mendocina, a fin de aportar a su mejora y crecimiento.

Desde la perspectiva de la calidad y la sanidad, la producción agrícola está permanentemente amenazada por plagas y enfermedades que condicionan sus posibilidades de comercialización; es por ello que se requiere avanzar hacia técnicas de control de plagas amigables con el medio ambiente como la Técnica del Insecto Estéril - TIE -; un uso racional, diferenciado o no uso de productos agroquímicos y Técnicas de Confusión Sexual con feromonas, entre otras.

SANIDAD Y CALIDAD
Para alcanzar los estándares de sanidad y calidad requeridos por los mercados se precisan esfuerzos, recursos y prácticas que abarcan a todos los actores involucrados en el proceso productivo agrícola. Cada país o región, busca proteger y mejorar sus condiciones de producción y sus estatus sanitarios.

Las condiciones exigibles por los mercados son dinámicas y varían de acuerdo a los productos agrícolas ofrecidos, como así también a deseos de los consumidores, tanto internos como externos, y las demandas de cada región o país de destino. Las exigencias han ido creciendo a través de los años, incluso se han incrementado notablemente para el mercado interno.

El comercio internacional está reglamentado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) que adhiere a la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, de la cual Argentina es parte integrante. Cada país cuenta con un organismo nacional de protección fitosanitaria que acuerda con sus pares, las condiciones y protocolos para asegurar que los productos primarios que se exportan están libres de plagas agrícolas.

La presencia de insectos-plaga siempre ha requerido por parte de los productores el despliegue de prácticas de control y en no pocas oportunidades la organización y el establecimiento de instituciones específicas como por ejemplo las antiguas “Juntas” y “Comisiones” de defensa agrícola para el control de langostas. Asimismo, las herramientas han variado en el tiempo desde el uso de barreras naturales, lanzallamas o incluso fitosanitarios altamente tóxicos como el DDT, hasta técnicas que garanticen el control y al mismo tiempo la inocuidad alimentaria de los productos.

Mendoza es un “ecosistema sano” en términos fitosanitarios; para transformar esta ventaja natural en una ventaja competitiva autogenerada, se han llevado adelante "Políticas de Estado", que han perdurado en el tiempo y han colocado a Mendoza a la vanguardia en esta materia.

Estas políticas, prácticas e instituciones han mejorado el estatus fitosanitario de la provincia. Se ha buscado garantizar a través de ellas una condición mínima y necesaria para el acceso de los productos frutihortícolas provinciales a los diferentes mercados.